jueves, 26 de noviembre de 2009


Salgo al balcón. Las aguas del Buen Pastor laten la pereza matutina del domingo. La ciudad vibra, silenciosa, un grito de lluvia.

Sé que hasta la hora de armar el puesto en el Paseo andará la ansiedad desde mis ojos hasta las nubes, desde las nubes hasta las ganas y desde las ganas hasta la posibilidad de disfutar el día con Carlos, si la lluvia...


...la piel grita su blancura sometida, tan entrega, tan desnuda, tan resignación, tan...


...las gotas, que ya no son, pintan todavía la camisa de Carlos , nos obligan a dejar la vereda del café y deciden la tarde.
Ahora nos caminan las calles de Córdoba, la necesidad de sabernos, el goce del ocio...


...tan objeto. Él la abraza y la desgarra. El bigote recortado, las charreteras y los anteojos oscuros desnudan su soberbia. Su entrepierna lame la violencia...


Salimos del Palacio Ferreyra . Necesitamos respirar silencio y libertad...
...nuestros ojos todavía escuchan las Manos Anónimas de Carlos Alonso.
Seguimos la tarde. La vida nos camina, como entonces, como siempre... Hay que seguir...



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